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El capitalismo neoliberal del siglo XXI 2

Aquí os dejo la segunda parte del documental.

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El capitalismo neoliberal del siglo XXI 1

El Orden Criminal del Mundo

Os presento la primera parte de este excelente documental que acabo de descubrir indagando por el ya consagrado portal Youtube. Muy interesantes las opiniones de gente tan variada como Eduardo Galeano, Jean Ziegler, Ernesto Sábato a los que les une, como a muchos de nosotros, la negación de este sistema económico basado en el utilitarismo y la mentira.

¿Quiénes controlan el mundo? ¿Son realmente los políticos o, como suele decirse, éstos son sólo marionetas? ¿Quién se lleva la parte más grande del pastel? ¿Por qué no se reparte, de una vez por todas, equitativamente? ¿Por qué los países ‘desarrollados’ son los que más gastan en antidepresivos si supuestamente las necesidades básicas ya están más que cubiertas? ¿Podemos, realmente, cambiar las cosas?

Son muchas las preguntas que nos acechan después de escuchar atentamente este tipo de documentales. Es preciso repetirnoslas, intentar contestarlas, aunque sea delirando. Una reflexión sobre este mundo que entre todos creamos cada día.

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¿Qué será?

Hoy hemos tenido el placer de asistir, por recomendación de mi papá, a una obra de teatro en en Salón de actos de Cajasol, totalmente gratis y, sobre todo, fabulosa. Aquí os dejo una sinopsis que la resume a la perfección. Para los que andéis por Sevilla, deciros que mañana 8 de marzo, a las 20.30, podéis disfrutar de ella.

‘Hemos crecido. Alicia ha sido expulsada de su país de las maravillas y obligada a madurar, consumir y entrar en el código de prisas y quebraderos de cabeza del mundo adulto. Atrás quedaron los juegos, las adivinanzas, la fantasía de un planeta de colores y personajes inventados. Se impone el ruido de los móviles, el gris de las ciudades contaminadas, la corrupción del poder, las guerras, el hambre y los programas del corazón. Nos levantamos cada mañana y nos enfrentamos al asfalto y las noticias manipuladas de los medios. Sufrimos desamores y pérdidas se autoestima. Cambiamos nuestro cuerpo en función de las modas y tendencias. Corremos, llamamos, usamos pastillas para dormir y spas para sobrevivir. Vivimos sumidos en las redes de la tecnología punta: vigilamos la vida de otros por televisión y nos amamos por internet. Sin embargo, a pesar de las miles de sombras que invaden nuestro camino, de los ruidos de la calle, del túnel sin fin al que somos abocados, al final siempre brilla una luz que nos empuja a levantarnos y seguir… ¿qué será?’

El debate está abierto : )

Pd: acaba de nacer un nuevo proyecto cultural sustentado por un amigo y yo -de momento, pues estáis invitados a uniros- que sirve de medio de transporte al conocimiento… he aquí: http://www.laculturalinkeante.tk

Versos y abrazos como siempre.

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La familia de Pascual Duarte

 

¡Los habitantes de las ciudades viven vueltos de espaldas a la verdad y muchas veces ni se dan cuenta siquiera de que a dos leguas, en medio de la llanura, un hombre del campo se distrae pensando en ellos mientras dobla la caña de pescar, mientras recoge del suelo el cestillo de mimbre con seis o siete anguilas dentro!

Este es el primer fragmento que me ha llamado especial atención de esta obra, de obligada lectura para nuestro curso de Segundo de Bachillerato. Como tantas muchas otras, no comprendo, en parte, por qué fue elegido uno de los libros cuyos textos es probable que estén presentes en la prueba de Selectividad de la asignatura, pero he de admitir que, aunque en su conjunto, lo que viene a decir la obra no es especialmente de mi gusto, hay cosas del libro que me han impresionado bastante.

Voy a continuar con mi relato; triste es, bien lo sé, pero más triste todavía me parecen estas filosofías, para las que no está hecho mi corazón: esa máquina que fabrica la sangre que alguna puñalada ha de verter.

Pascual Duarte es, ante todo, un hombrecillo complejo. Creo que en el fondo no es una mala persona, más bien me atrevería a decir lo contrario -si bien le cogió gustillo a eso de asesinar- porque sobre él pesaban demasiado las costumbres y sobre todo, la incesante desgracia que nunca se separó de él.

A la desgracia no se acostumbra uno, créame, porque siempre nos hacemos la ilusión de que la que estamos soportando la última ha de ser, aunque después, al pasar de los tiempos, nos vayamos empezando a convencer -¡y con cuánta tristeza!- que lo peor aún está por pasar…

Lo que más me llama la atención de este personaje es que, a pesar de todos sus errores, es un hombre que piensa, que se deja invadir por lo sentimientos que a él llegan; es por eso que me parece humano, verdaderamente humano.

Cerca de un mes entero he estado sin escribir; tumbado boca arriba sobre el jergón; viendo pasar las horas, esas horas que a veces parecen tener alas y a veces se nos figuran como paralíticas; dejando volar libre la imaginación, lo único que libre en mí puede volar; contemplando los desconchados del techo; buscándoles parecidos, y en este largo mes he gozado -a mi manera- de la vida como no había gozado en todos los años anteriores: a pesar de todos los pesares y preocupaciones.

Digamos que, el autor nos ha querido transmitir que, para Pascual, la estancia en la cárcel es una liberación -una contradicción bastante grande- ya que no está expuesto a cometer ningún crimen y puede ser él mismo aunque sea sólo en su cabeza. Después de salir de la cárcel, Pascual vuelve a cometer errores, lo que nos viene a querer decir, que hombres como él merecen estar toda su vida dentro -cosa en la que difiero con el autor; creo que no hay que ser muy inteligente como para darse cuenta del fracaso de la cárcel en cuanto a que una persona cambie a bien-.

Quería poner tierra entre mi sombra y yo, entre mi nombre y mi recuerdo y yo, entre mis mismos cueros y mí mismo, este mí mismo del que, de quitarle la sombra y el recuerdo, los nombres y los cueros, tan poco quedaría.

Así es como Pascual va despidiéndose de nosotros en su novela; Pascual… un hombre al que, desde luego, hubiera sido interesante conocer.

Por hoy me despido, sé que algunos tenían ganas de que volviera a postear, así que aquí me tenéis de nuevo -y he vuelto con ganas-. Mi ausencia en estos días, pues, sinceramente… no se debe a nada en particular. Espero que disfrutéis.

Hasta pronto

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La Pelota Vasca

»Ahora resulta que las cosas son o blanco o negro, o estás conmigo o estás contra mi, y nos olvidamos de toda la gama de colores que hay por medio que quizá sea lo más bello y lo más enriquecedor.»

En este vídeo hay muchos extractos, muchas opiniones, de lados distintos, unidos por una causa, que es la de solucionar el conflico vasco. Mucho se ha hablado de este magnífico documental de Medem, magnífico porque no trata de convencer a nadie de nada, muestra opiniones, opiniones diferentes entre sí, de las víctimas, de escritores, de políticos socialistas, de músicos, de personas torturadas…

Es muy interesante de debatir, abre mucho los ojos en esta situación actual que, lejos de intentar solucionar nada, sólo trata de poner trabas. Estos extractos son sólo un aperitivo, obviamente; os recomiendo que, si podéis, la veáis entera (ya sabéis que Emule os puede ayudar; la cultura es libre y gratuita).

Ya de paso, os hablo un poquito de su autor, Julio Medem, uno de los directores españoles más interesantes del panorama actual. Tras varios cortometrajes, estrena el filme Vacas, sobre el mundo rural vasco y una historia de amor. Aquí ya se percibe su peculiar caracterización de los personajes; a veces ambiguos, a veces complicados, siempre desvariando.  Tierra también es muy interesante, el protagonista, Ángel, padece imaginación hiperexcitable, y el final es realmente curioso. Los amantes del círculo polar (una de mis películas favoritas) narra la historia de amor y casualidad de Otto y Ana. Por último, una de las más recientes, Lucía y el sexo (que también dio mucho que hablar), con su cuento lleno de ventajas, y alguna que otra casualidad también, haciendo de las suyas.

Hace poco estrenó Caótica Ana… ¿alguien ha tenido el placer de verla? Yo todavía no.

 Bueno, por hoy os dejo, volveré dentro de poco con más novedades, sobre todo poéticas (ya tengo un par de autores en mente). Que paséis buena semana.

Versos y abrazos

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Eduardo Galeano

Fragmento del discurso de inaguración de las jornadas ‘Chile crea‘ (Santiago de Chile, 1988)

‘Hemos venido desde diversos países, y estamos aquí, reunidos a la sombra generosa de Pablo Neruda: estamos aquí para acompañar al pueblo de Chile, que dice no.

También nosotros decimos no.

Nosotros decimos no al elogio del dinero y de la muerte. Decimos no a un sistema que pone precio a las cosas y a la gente, donde el que más tiene es el que más vale, y decimos no a un mundo que destina a las armas de guerra dos millones de dólares cada minuto, mientras cada minuto mata treinta niños por hambre o enfermedad curable. La bomba de neutrones que salva a las cosas y aniquila a la gente, es un perfecto símbolo de nuestro tiempo. Para el asesino sistema que convierte en objetivos militares a las estrellas de la noche, el ser humano no es más que un factor de producción y de consumo y un objeto de uso; el tiempo, no más que un recurso económico; y el planeta entero una fuente de renta que debe rendir hasta la última gota de su jugo. Se multiplica la pobreza para multiplicar la riqueza, y se multiplican las armas que custodian esa riqueza, riqueza de poquitos , y que mantienen a raya la pobreza de todos los demás, y también se multiplica, mientras tanto la soledad: nosotros decimos no a un sistema que no da de comer ni da de amar, que a muchos condena al hambre de comida y a muchos más al hambre de abrazos.

Decimos no a la mentira. La cultura dominante, que los grandes medios de comunicación irradian en escala universal, nos invita a confundir el mundo con un supermercados o una pista de carreras, donde el prójimo puede ser una mercancía o un competidor, pero jamás un hermano. Esa mentirosa cultura, que cursimente especula con el amor humano para arrancarle plusvalía, es en realidad una cultura del desvínculo: tiene por dioses a los ganadores, los exitosos dueños del dinero y el poder, y por héroes a los uniformados rambos que les cuidan las espaldas aplicando la Doctrina de seguridad Nacional. Por lo que dice y por lo que calla, la cultura dominante miente que la pobreza de los pobres no es un resultado de la riqueza de los ricos, sino que es hija de nadie, proviene de la oreja de una cabra o de la voluntad de Dios, que hizo a los pobres perezosos y burros. De la misma manera, la humillación de unos hombres por otros no tiene porqué motivar la solidaria indignación o el escándalo, porque pertenece al orden natural de las cosas: las dictaduras latinoamericanas, pongamos por caso, forman parte de nuestra exhuberante naturaleza y no del sistema imperialista del poder.

El desprecio traiciona la historia y mutila al mundo. Los poderosos fabricantes de opinión nos tratan como si no existiéramos, o como si fuéramos sombras bobas. La herencia colonial obliga al llamado Tercer mundo, habitado por gente de tercera categoría, a que acepte como propia la memoria de sus vencedores y a que compre la mentira ajena para usarla como si fuera la propia verdad. Nos premian la obediencia, nos castigan la inteligencia y nos desalientan la energía creadora. Somos opinados, pero no podemos ser opinadores. Tenemos derecho al eco, no a la voz, y los que mandan elogian nuestro talento de papagayos. Nosotros decimos no: nos negamos a aceptar esta mediocridad como destino.

Nosotros decimos no al miedo. No al miedo de decir, al miedo de hacer, al miedo de ser. El colonialismo visible prohibe decir, prohibe hacer, prohibe ser. El colonialismo invisible, más eficaz, nos convence de que no se puede decir, no se puede hacer, no se puede ser. El miedo se disfraza de realismo: para que la realidad no sea irreal, nos dicen los ideólogos de la impotencia, la moral ha de ser inmoral. Ante la indignidad, ante la miseria, ante la mentira, no tenemos más remedio que la resignación. Signados por la fatalidad, nacemos haraganes, irresponsables, violentos, tontos, pintorescos y condenados a la tutela militar. A lo sumo, podemos aspirar a convertirnos en prisioneros de buena conducta, capaces de pagar puntualmente los intereses de una descomunal deuda externa contraída para financiar el lujo que nos humilla y el garrote que nos golpea.

Y en este cuadro de cosas, nosotros decimos no a la neutralidad de la palabra humana. Decimos no a quienes nos invitan a lavarnos las manos ante las cotidianas crucifixiones que ocurren a nuestro alrededor. A la aburrida fascinación de un arte frío, indiferente, contemplador del espejo, preferimos un arte caliente, que celebra la aventura humana en el mundo y en ella participa, un arte irremediablemente enamorado y peleón. ¿Sería bella la belleza si no fuera justa?, Sería justa la justicia si no fuera bella?. Nosotros decimos no al divorcio de la belleza y de la justicia, porque decimos sí a su abrazo poderoso y fecundo.

Ocurre que decimos no, y diciendo no estamos diciendo .

Diciendo no a las dictaduras, y no a las dictaduras disfrazadas de democracias, nosotros estamos diciendo a la lucha por la democracia verdadera, que a nadie negará el pan ni la palabra y que será hermosa y peligrosa como un poema de Neruda o una canción de Violeta.’

Son casi las dos de la mañana, he recordado que Galeano tenía un discurso perfecto sobre la situación actual del mundo y he decidido regalároslo hoy. No voy a decir nada más, porque Galeano es de esos escritores a los que nada más se les puede añadir.

Sobran las palabras.

Versos y abrazos.

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